La mejor playa en Chipre

Chipre es una isla muy interesante para visitar por sus datos raros y divertidos; casi como ir a Estambul, donde la mitad de la ciudad pertenece a un grupo y la otra mitad a otro. En este caso, la última ciudad políticamente dividida en el mundo es Nicosia, y culturalmente también lo es toda la isla de Chipre.
La mitad perteneciente al norte es principalmente turca y la mitad al sur, griega. Con todos sus matices lingüísticos y culturales, cada mitad sigue una huella del pasado que se preserva con cautela.
Ahora, sé poco o nada sobre el lado turco. Pero estaba sentada tomando café con un grupo de personas esta mañana que pasaron un par de días por allá y me dijeron que la parte turca se ve más o menos sucia, vieja y acabada, nada comparado con el lado griego, donde a todos los lugares que fui se veía prístino.
En lo que respecta al lado griego, el aeropuerto es pequeño pero tiene un buen sistema de transporte público del que me beneficié mucho. Los taxis son muy caros sin importar a dónde se quiera ir. Por lo tanto preferí organizarme con el horario de los buses y utilizarlos desde y hacia el aeropuerto, así como desde y hacia la playa.

Este viaje lo hice con mi esposo, quien estuvo de visita por un par de semanas en Beirut y me vio muy estresada estudiando por eso quiso llevarme a Chipre para que me distrajera unos días.
El primer día caminamos y pasamos el día en la playa de nuestro hotel, cerca del Hotel Palm Beach, y la cena fue en un restaurante pequeño y acogedor llamado Vettrianos. El cordero estuvo exquisito y, por primera vez, no tenía ese horrible sabor que queda después del primer bocado. Durante este mes he sido testigo de que, en este lado del mundo, el cordero puede ser un plato muy apetecible, inodoro y de muy buen sabor.
El segundo día elegimos una zona famosa en el sureste de la isla porque es la mejor de las mejores zonas y se llama Aayia Napa. Lo que más nos provocó fue el color de la playa (Nissi, se llama), la tonalidad de la arena, el agua clara y la buena fama que posee entre los ciudadanos de la isla.
En esa playa pensé que la comida y las bebidas serían bastante costosas. Sin embargo, y para mi sorpresa, fue un promedio de 6 dólares por una hamburguesa con papas fritas o 9 por una ensalada griega enorme.
Mi esposo, el más activo y considerado de todos decidió llevarme a pasear en parapente por primera vez en mi vida. Alguien desde el suelo hizo un video de nosotros pero, para ser honesta, me hubiera gustado haber capturado la experiencia desde arriba porque se siente tan bien poder “volar” porque todo se percibe con total relajación.
Desde lo alto, con el viento en la cara y el andar silencioso, me sentí como un pájaro libre; todo hasta que Harry hizo un comentario con carácter de chiste y en forma de pregunta: "¿tú crees que si nos caemos sobrevivimos la caída desde esta altura?" Me agarraron unos nervios y ya me quise bajar.
El conductor fue muy rapaz y nos llevó a tocar el agua con los pies, otro muy chistosito... Luego nos levantó y nos aterrizó en el bote sin problemas.
También hay muchos otros deportes acuáticos disponibles en la playa para los que no disfrutan volar. Después de mi vuelo, contraté un dron en la playa y nos dieron unas fotos y un video muy cheveres que dejé en mi Instagram.
Aprendí de Harry que las tarifas más baratas para viajar a Chipre llegan a Larnaca, una ciudad ubicada a 20 minutos de Ayia Napa. Las mejores playas están en Aayia Napa porque, como dije anteriormente, el agua es cálida y clara. Pero para aquellos que disfrutan mucho más las ruinas y el océano, Paphos merece una visita pues tiene un parque acuático para niños y familias.
Por ahora me despido, pero estaré en Sidón visitando el Castillo de las Cruzadas construido en el siglo XIII y ubicado en el sur del Líbano.
Instagram: @Culozunga